jueves, 26 de julio de 2012

EMPIEZA MI HISTORIA

Cuando nació Alejandro fue un momento muy feliz. Yo no estaba nerviosa ni tenía miedo, nada podía ir mal. Todas las revisiones fueron bien y nunca me dijeron nada raro.
Llevé un embarazo normal, muy sano, incluso dejé de fumar!
Engordé como una vaca pero estaba feliz con mi tripa y con mi bebé!!!
Parecía que el "jodío" no quería nacer. En la semana 41+5 ya me dijeron que si no me ponía de parto esa tarde, me fuera por urgencias y que me lo provocaban.
Anduve hasta las 17h todo lo que pude. Me dolía todo y a eso de las 18'30h del 19 de noviembre del 2004 me fui con mi bolsa, mi marido y media familia hacia el hospital.
No tenía contracciones pero había dilatado 2cms sin enterarme. Me auscultaron y no vieron muy claro lo del líquido amniótico, no sabían si estaba algo teñido, así que, me dejaron ingresada.
Yo estaba tan pichi. Tumbada en mi camilla, con mi marido, los monitores y sin dolores.
Con el paso del tiempo vinieron y me rompieron la bolsa, ¡vi las estrellas! inmediatamente después, la epidural, y otra vez la calma.
A las 5 de la mañana, la ginecólogo interina llamó al titular y éste decidió una cesárea. El bebé estaba muy arriba, no podía nacer.
Mi hijo nació a las 5:25 de la madrugada del 20 de noviembre de 2004. Pesó 4'750grs. y midió 56 cms. Me dejó matada!!!


El sufrimiento de una madre empieza desde el momento en que sabe que está gestando un hijo en sus entrañas. No quieres que nada le dañe e intentas hacer todo lo que se supone que es bueno para él. Andas, comes sano, no bebes, no fumas... todo pensando en él. No lo ves como una obligación, lo haces por devoción.
Yo empecé a sufrir desde el mismo momento en que me llevaron a mi habitación y me dijeron que el niño no subía conmigo.
Tenía hipoglucemia y tenía que estar en la incubadora.
Lloré amargamente porque no le tenía conmigo, me dijeron que probablemente al día siguiente lo mandaríana conmigo. No fue así.
Yo estaba partida por la mitad y no podía levantarme. Estaba floja, muy floja y no me podía incorporar... El primer día de la vida de mi hijo y no podía estar con él. Todavía se me saltan las lágrimas cuando recuerdo ese momento.
A la mañana siguiente me levanté como pude y en silla de ruedas me fui a neonatos. La imagen de Alejandro con la sonda no se me olvidará en la vida. Era un bebé grande con mucho pelo, pero al mismo tiempo tan frágil!
Resumiendo, que me dieron el alta y mi niño se quedó ingresado. Que partida por la mitad me tiraba los días enteros en el hospital sentada en una dura silla esperando las horas en las que podía ver a mi hijo, que las madres de los demás bebés (prematuros todos) le llamaban "el gigante" y yo lloraba por dentro.
No pude irme a mi casa. Sólo pensar en su habitación preparada y en sus cositas y me daba un escalofrío por dentro. Me quedé en casa de mis padres que además estaba muy cerca del hospital.
Por fin llegó el gran día. Le dieron el alta a mi niño y nos fuimos a casa.
Fueron cuatro meses de felicidad porque a los cuatro meses empezó la pesadilla.
El niño dejó de mamar, no hacía peso y al principió no importó mucho porque nació grande pero llegó un momento en el que no era normal.
Le llevamos a un médico particular porque el pediatra me decía que eran cosas de primeriza y las tonterías se me quitaban teniendo otro hijo.
Tampoco vio nada raro.
Sufrimos lo indecible con Alejandro y la comida. Digo sufrimos porque en todo este tiempo mi marido siempre ha estado ahí, apoyándome, haciéndose cargo del niño igual que yo.
A los siete meses era un bebé precioso con una sonrisa espectacular y que llamaba la atención. Todo el mundo le tenía que decir algo.


Yo observaba que no hacía lo mismo que los otros bebés. No echaba los brazos, no cogía las cosas,
no se sentaba... Otra vez el pediatra me dijo que eran cosas mías...!
En la revisión de los 9 meses le vio un pediatra diferente al suyo y me dijo que el niño tenía una contractura en la espalda y que por eso no se sentaba, le dolía... 15 días de masajes y volver a que le viera su pediatra.
En esa consulta de revisión, 15 días después, entré con un bebé normal con una contractura en la espalda y salí con un bebé con una parálisis espástica. El golpe fue brutal.
No me explicaron nada de nada. Me informé por internet de lo que era la parálisis espástica y no podía dejar de llorar.
Le volví a llevar al pediatra privado y me derivó a un neurólogo para hacerle unas pruebas.
Cuando mi hijo cumplía un año tenía una TETRAPARESIA ESPÁSTICA POR SINDROME HIPOISQUÉMICO PRENATAL. Y el neurólogo fue el ser más duro que pisaba la Tierra en el momento de darnos la noticia.
No le deseo a nadie que pase por esos difíciles momentos por los que nosotros pasamos. Fue como estar en una pesadilla y querer despertar y no poder. Todavía hoy, en algunos momentos, me parece estar viviendo esa pesadilla y que algún día despertaré.
Empezó mi historia como madre de un niño especial. Empezó mi calvario buscando terapias, escuelas infantiles, miradas en el parque, explicaciones que no quería dar... Pero también empezó mi lucha por los derechos de mi hijo, mi madurez como madre, el cambio de mis prioridades, la forma de ver la vida...


No voy a mentir, para mí, tener un niño especial no es una bendición, es una putada que me toca asumir y vivir con ella. Pero es mi hijo, es así y le quiero tal y como es. No sé qué hubiera hecho si lo hubiera sabido durante el embarazo, no lo quiero pensar porque es un momento que no me ha tocado vivir. Creo que es una decisión vital, importantísima en la vida de unos padres y esa decisión es de los padres tomarla, de nadie más.
Yo tengo a mi hijo en este mundo. Lucharé por él lo que tenga que luchar. Pasaré las penas que tenga que pasar, pero nadie me lo ha impuesto. Así es la vida.


Fisicamente parece que mi niño no tiene nada. En estas fotos de pequeño bien podría ser un niño "normal", desgraciadamente no lo es. Alejandro no habla, no anda en condiciones, no controla esfínteres, tiene crisis epilépticas, grita para comunicarse, tiene muchísima espasticidad y nunca podrá ser autónomo.
Hay veces que imagino como sería mi hio sin su problema pero me doy cuenta de que es una tortura. He decidio que él es como es y punto. Yo le quiero de todas formas y es un niño feliz. Eso es lo importante. Mi amor por el no es diferente porque el tenga el problema que tiene, es mayor porque sé que me necesitará siempre y me parece que es un niño  precioso, a que sí?



Fdo. @raquelmonre

16 comentarios:

  1. no puedo decir nada solo sentir admiración por cada palabra que lei

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  2. que de recuerdos ehh Raquel?? como duele el echar la vista atras!! y que reguapos que soisssss!!
    un besote grandeee para Alejandro que es un campeon!!

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  3. Alejandro es un niño precioso,sí, y sus papis también.
    Emocionante texto.
    mi admiración y mi saludo (y mis ánimos)

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    1. Gracias por leerlo y por tu apoyo. Un besazo
      Raquel

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  4. Enhorabuena por como lo has expresado y tu fuerza!soy @guadalinfolarva ;)

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  5. Raquel tienes todo mi respeto y admiración. Tienes un hijo precioso. Realmente lo es. Todos nuestros hijos son niños normales, con todos sus derechos, son niños normales pero con capacidades diferentes como Alejandro( yo tengo un hijo también especial... ya hablaremos). Admiro tu determinanción y decisión de seguir adelante. No estas sola en esta lucha. Empece a seguirte en twitter esta mañana @rafaelolalla . Animo y a luchar. Tienes todo mi apoyo....

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  6. Precioso es poco, la vida es tan dura y nos pone tantas trabas que las sonrisas se convierten en lagrimas y las lagrimas en rabia.
    Mucha gente tendría que aprender de esta historia, cuando la mala suerte se adueña de nosotros no podemos hacer nada, pero si la vida nos brinda la oportunidad de no padecer sería la que todos tendríamos que elegir.
    Besos enormes.

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  7. Raquel piensa que Dios te lo dió porque tu tienes fuerza y cariño para hacerle feliz,pese a las dificultades lo tienes contigo eso és lo importante,un beso enorme guapa .perica#Esoll @pericolospalot6

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  8. Raquel, efectivamente tu hijo es precioso y sin duda tú eres la madre mejor que él podría tener, entiendo lo duro que debe ser tu día a día y te admiro por tu fuerza por tu valor y por esa maravillosa capacidad de amar. Enhorabuena!! y un beso fuerte para Alejandro y para tí

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  9. animo, yo tambien estoy en tu situacion. un abrazo.

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    1. Animo también para tí. Lo que necesites, ya sabes. Las madres nos tenemos que apoyar y nadie mejor que alguien que vive lo mismo que tú para entenderte!
      Besos

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  10. Soy enfermera! solo puedo decir que te admiro!
    que un besazo para los dos y que ese niño es precioso y tu también!
    gracias por darle significado a la palabra madre!
    besitos

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    1. Gracias por tus palabras. Me reconforta y ayuda seguir a adelante vuestro apoyo.
      Un abrazo

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  11. Tienes toda mi admiración y más, tú y tu hijo, que me he quedado enamorado! qué niño tan guapo!! :)

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  12. Gracias por tu apoyo. Mi ángel es guapísimo!!! Se me cae la baba!
    Bss

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  13. Ufff, te podría decir mil cosas, pero creo que no me salen las palabras ni aun escribiendo. Nací con una discapacidad y ahora estoy en un proceso para ser madre -largo, larguísimo y con mil pruebas y esperas- y cuando me preguntan en si abortaría si le pasara algo, nunca respondo, no sé que haría, pero tengo claro que si mi madre hubiese abortado hoy no estaría viviendo tantas cosas -buenas y malas-. Cuidaos mucho. Te sigo

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